El Ternasco de Aragón fue la primera carne que en España fue aceptada como Denominación Específica, amparada por la Diputación General de Aragón (10-07-89) y ratificada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación el 22-09-92. En 1996 fue reconocido en el ámbito europeo como Indicación Geográfica Protegida.
El proceso de crianza de este tipo de cordero se realiza mediante un aprovechamiento tradicional del territorio aragonés, tanto en pastos de montaña y media montaña como en las zonas más áridas del valle del Ebro. Las razas autóctonas aragonesas Ojinegra de Teruel, Roya Bilbilitana, Rasa Aragonesa, Maellana y Ansotana, son las únicas razas que forman parte de la IGP Ternasco de Aragón. El Ternasco de Aragón favorece la economía rural aragonesa, su cultura y medio de vida, manteniendo la población y preservando el medio natural.
Gracias a que todo el proceso de crianza está previamente definido, y a los frecuentes controles que se realizan durante todo ese tiempo, se garantizan unos estándares de calidad óptimos que se traducen en una carne de cordero tierna, sabrosa y saludable, adecuada para todo tipo de consumidores, desde los más pequeños a los de mayor edad.
Así pues, su sabor equilibrado, su versatilidad a la hora de prepararlo y sus propiedades cardiosaludables – demostradas a partir de varios estudios científicos – son, entre otras, las principales razones por las que comer Ternasco de Aragón.